En Horizon Vietnam creemos que los pequeños gestos pueden aportar un verdadero consuelo, sobre todo cuando vienen del corazón. Y a veces estos gestos adoptan la forma de una simple fruta, elegida con cuidado y ofrecida en el momento adecuado.
Vietnam es un país tropical, rico en una naturaleza generosa. Cada estación trae consigo una variedad de frutas sabrosas, cultivadas con esmero por los agricultores locales. En esta ocasión, fue el mango, dulce, aromático y lleno de sol, el que guió nuestro enfoque solidario.

En julio de 2025, nuestro equipo volvió al Hospital Central de Hematología de Hanói. Allí, cientos de pacientes, a menudo en situaciones precarias, luchan cada día contra la enfermedad. Algunos llevan semanas ingresados, lejos de casa, cansados, preocupados y, a veces, solos. En este contexto, un simple gesto puede tener un gran valor.
Así tuvimos la suerte de conocer a muchos pacientes, a quienes entregamos un pequeño paquete compuesto por mangos ecológicos de Mai Châu, cultivados sin pesticidas, acompañados de pequeños cartones de leche. Regalos modestos, pero pensados con cuidado. Estos mangos, recolectados en su punto de maduración en los huertos de montaña del norte, eran tanto un gesto hacia los pacientes como una ayuda a la agricultura local respetuosa con el medio ambiente.
Ese día vimos sonrisas, intercambiamos algunas palabras, cruzamos miradas llenas de gratitud. Una vez más, comprendimos que la solidaridad no requiere necesariamente grandes gestos, sino solo un poco de corazón y sinceridad. No fue una acción aislada. Es parte de lo que intentamos hacer cada mes: simplemente estar presentes para quienes lo necesitan. Y a través de cada fruta ofrecida, cada gesto atento, también compartimos una cara de Vietnam: un Vietnam solidario, cálido y profundamente humano.